Me he vuelto una defensora de lo utópico, amante de lo diabólico, consumidora de lo impuro y sedienta de lo fantástico.
Dramática los martes y aveces los domingos.
Haces de mis días una sonrisa, con tintes de locura y destellos incoloros que dibujan cielos en mis ojos.
Quédate conmigo una noche o las que quieras, reinventa mis días, descubre mi cuerpo en movimiento.
Haz que mi alma florezca en silencio, inundame con tu voz que aun no escucho, y tu olor que no conozco.