Anoche te miré de cerca, la figura de tus ojos casi desnudos me hicieron ver lo infinito de tu interior.
Tus ojos silenciosos, pedíanme a gritos sordos que me quedara. Sabía que la soledad te asustaba, que intentabas quererme una y otra vez, que querías escapar conmigo.
¿No es absurdo cuánto puedo esperar?
Puedes usarme, tenerme a tu disposición cuando quieras, cuando tus huesos anhelen un lugar para descansar, cuando la tempestad haga sangrar tu espalda y tu endeble condición anhele mis labios.
Déjame elevarte, muramos juntos..
!La salvación existe!