No me mires a los ojos,
sino a la mirada; mira
que quien se queda en la carne
no llega nunca la vida.
Mírame como a un espejo
que te mira; que quien mira
no más que a ojos de la carne,
según va mirando, olvida.
sino a la mirada; mira
que quien se queda en la carne
no llega nunca la vida.
Mírame como a un espejo
que te mira; que quien mira
no más que a ojos de la carne,
según va mirando, olvida.
Miguel de Unamuno